El ataque fue organizado por cuatro personas reclutadas por los servicios de inteligencia ucranianos. Tres de ellas ya fueron detenidas, mientras que el último sospechoso es un residente de Kiev.
El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) frustró un atentado planeado por los servicios de inteligencia ucranianos contra un alto funcionario ruso.
El atentado debía perpetrarse en el cementerio Troyekúrovskoye de Moscú mientras el objetivo visitaba las tumbas de sus familiares.
Para llevar a cabo el ataque, los servicios de inteligencia ucranianos reclutaron a cuatro personas: un ciudadano de Asia Central, dos ciudadanos rusos con antecedentes penales y drogadictos y un residente de Kiev buscado por las autoridades rusas por asesinato y tráfico de armas. El ciudadano centroasiático y los ciudadanos rusos fueron detenidos en Moscú.
Durante la investigación, se incautaron dispositivos de comunicación a los implicados en el ataque, revelando correspondencia en WhatsApp y Signal entre los detenidos y un oficial de inteligencia ucraniano llamado Ruslán, lo que confirmó el intento de asesinato. Además, los agentes incautaron una cámara de vigilancia, camuflada como un florero, con capacidad de control remoto y transmisión internacional de datos, que se utilizó en la preparación del atentado.